viernes, 17 de octubre de 2008

UTOBIOGRAFIA DE UN APATRIA

AUTOBIOGRAFIA DE UN APATRIA

Nací en Europa y desde los cinco meses viví en América. En América era producto de la emigración y en Europa soy consecuencia de la inmigración que retorna.
Los amigos auténticos se quedaron allá, en la otra orilla de ese inmenso mar. Ya el corazón, estará roto en dos pedazos, para siempre y por siempre.
Ahora sé comparar, evento que nunca antes había hecho.
Mis mejores tiempos fueron aquellos en que no tenía uso de razón, es decir, hasta los siete años de edad.
De los siete hasta los veinticinco, disfrute de los segundos mejores años de mi vida, que se resumían en jugar, estudiar, no tener grandes responsabilidades y sobre todo, acariciar un inmenso mundo de sueños y cosas por hacer, que fui dejando para después, para cuando me hiciese mayor.
Entrado en los treinta años, empezó a interesarme el dinero, la experiencia y algo de prestigio profesional, en compañía de la familia que había constituido y poder así compartirlo con ellos, que se merecen todo y que siempre traté de dárselo.
Después de los cuarenta años, con algo de dinero, muchas experiencias y el prestigio que pude conseguir, he querido intentar acariciar el poder. El poder de hacer cosas, de crear y crecer espiritualmente, así emprendí ese camino del retorno. Sin querer, es como volver a empezar, pero con el pelo algo más blanco y el cuerpo con más cicatrices, así como el alma, algo ya mas debilitada y más curtida.

Después de los cincuenta, aprendí que las lágrimas empiezan a secarse, ya no sabes llorar, ya nada te impresiona y te das cuenta que todo el dinero, la experiencia y el prestigio que has acumulado, caben en el puño de tu mano.

En un abrir y cerrar de ojos, se nos ha ido la parte más bonita de la vida.
Ahora estamos lejos de todo y cerca de nada. Nos queda la familia, la amistad, algo de sueños y un mundo cada día mas convulsionado, más injusto, más insensato y menos humano.

Si volviera a nacer, les recomendaría a todas las personas que nunca abandonen el nido materno, que nunca emigren, que no busquen sueños más allá del arco iris, que valoren cada día, cada amanecer y cada atardecer con mayor intensidad. Que besen más a sus hijos, que agradezcan más a sus padres, a sus esposas y a sus amigos. Que ambicionen menos y rían más.

Cuando nos hemos hecho mayores, nos damos cuenta que hemos perdido muchos días, a veces años en cosas inútiles. Hoy sé, que es mejor dar gracias, abrazar a un amigo, besar a la familia y obedecer los impulsos del corazón, pues estos ratos no caben en el puño de la mano y que todo en la vida tiene su momento.

La sonrisa es el idioma universal de la gente inteligente. Al final somos la suma de lo vivido y no debemos añorar lo que nunca ha existido.

Autor : Ángel Marcos Morán

2 comentarios:

Juan Carlos Espinoza dijo...

Estimado Angel, he quedado impresionado con tus palabras y te doy toda la razon. Creo 100% en lo que has escrito. Y si en algo estas en lo cierto, es en que los amigos estan ahi siempre, me refiero a los verdaderos amigos, y se que eres uno de ellos, uno de los poquisimos que tengo, que aunque no frecuento, ni veo ni llamo, esta ahi.
Recuerdo muy bien todos los ratos compartidos, en especial aquellas partiditas de domino en Auto Tauro con sus respectivos whiskisitos. recuerdo igualmente la sabrosa fabada Asturiana que Maite preparaba y que tanto me gustaba (mas nunca la probe de nuevo), recuerdo los amigos comunes, en especial a Carlos Izquierdo, que Dios lo tenga en la gloria, que buenos e inolvidables momentos, recuerdo tambien cuando llegamos a aquella reunion de condominio en Miragua, Que b...., pero que risa (borracho no es gente), Chamo, eramos naturales, espontaneos con o sin errores cometidos, eramos sinceros y de profunda amistad. Recuerdo tambien la carta de renuncia que redactamos a la Armada de Venezuela donde le expresaba lo santos coñazos que se daban sus aviones, que risa vale. En fin solo buenos momentos, que son los que prevalecen....

Angel Marcos Moran dijo...

Muchas gracias y un fraternal saludo amigo.
ANGEL