jueves, 25 de diciembre de 2008

LA NAVIDAD : ANGEL MARCOS MORÁN

Ayer fue día 24 de Diciembre de 2008. No me gusta la navidad, llevo el síndrome del emigrante dentro mi alma. Toda mi familia o parte de ella, se encuentra dispersa por el mundo entero. Esto limita mi felicidad y me hace sentir triste. Soy fuerte, pero a veces me caigo en silencio. Resisto como siempre lo he tenido que hacer.
La Navidad no son mis días preferidos. Sentí tristeza y alegría a la vez. Lo de siempre, mas comida que de costumbre, las llamadas telefónicas de rigor, los deseos, los mejores votos , que si la paz, que si el amor y a dormir.

Ya no es como fue en otros tiempos. Sin embargo, me siento contento por un evento muy importante. Mi madre está bien y toda la familía también lo está. No tocó la loteria, pero hemos sido inundados de salud. Eso fue suficiente y doy gracias a la vida por ello. Se perfectamente quien hizo que sucediera esto.
La próxima navidad si me iré bastante lejos. No comeré nada que tenga que ver con estas fiestas y las pasaremos todos juntos y muy lejos de aquí. Lo intentaré.

Cuando has vivido en varios continentes, cuando has hecho muchas y grandes cosas en la vida y tienes a parte de la familía, en sitios lejanos y diferentes, la Navidad ya no tiene la magia de antes. La nieve no es tan blanca y la música no se escucha. No suenan villancicos, ni gaitas navideñas y trattas de bajae el nivel del volumen. Papá Noel dejó de ser el mismo y los Reyes Magos dejan de visitarte. Los entiendo perfectamente y debe ser que tienen mucho que hacer en otras casas y en los corazones de muchos otros niños.

El año 2008 ha sido un año muy dificil. Mucha violencia, terrorismo, quiebras, desastres económicos y profundos cambios en la historia de la humanidad.
El año que viene ,también dicen los expertos, que se agudizará la crisis, yo lo creo, pero quiero aprender a buscar mas la Navidad dentro de los sueños y dar mas gracias a diario. Quiero sufrir menos y soñar con hazañas mayores.

La Navidad es diferente cada año. No es como era antes. Siempre somos menos los que estamos juntos. El año que viene romperé con la tristeza y tejeré sueños grandes y con hilos de esperanza, aunque no sean dorados.

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